miércoles, 4 de junio de 2014

ESPAÑA. EDAD MODERNA. Versión abreviada.

ESPAÑA. EDAD MODERNA. 
Versión abreviada.

1. LOS REYES CATÓLICOS (1474-1516)



El reinado de los Reyes Católicos es fundamental en la historia de España. Según la tradición, se considera que fueron ellos quienes pusieron las bases de la nación española

A. La unión de las Coronas y la unidad peninsular

Isabel y Fernando  se casaron en 1469. En 1474 muere el rey castellano y se forman dos bandos: el de Juana, hija del rey Enrique IV de Castilla, y el de Isabel. A Juana la apoyan Portugal y Francia. A Isabel la apoya Aragón. Estalla entonces una guerra civil en Castilla entre ambos bandos, venciendo Isabel. Doña Juana, que ha pasado a la historia con el sobrenombre de Juana la Beltraneja, se retiró a un convento.

En 1479 muere el monarca aragonés y Fernando se convierte en el nuevo rey. La unión de Castilla y Aragón fue de carácter personal o dinástica. Ambos reinos estaban gobernados por los mismo reyes, pero mantuvieron sus leyes, sus instituciones, sus propias monedas, etc. Todo se resumen en la frase: TANTO MONTA, MONTA TANTO, ISABEL COMO FERNANDO.

Tras la unión de Aragón y Castilla, fueron conquistadas las islas Canarias por Castilla (1483). Granada (1492), y Navarra (1512).

B. El fortalecimiento del Estado: la monarquía autoritaria

Una de las preocupaciones fundamentales de los Reyes Católicos fue la de consolidar su poder y disminuir el de la nobleza. Para ello, le quitaron privilegios y trataron de que aceptaran cargos políticos. Además, crean un ejército permanente de mercenarios, crearon en los ayuntamientos la figura del Corregidor, la Santa Hermandad, etc.

C. La política religiosa

Los Reyes Católicos trataron de unificar sus reinos bajo una misma religión, ya que consideraban que eso daría mayor fuerza y unidad a España. En 1480 introdujeron el Tribunal de la Inquisición (Santo Oficio), además decidieron expulsar a toda la población judía que vivía en España si no se convertía al cristianismo (1492). La mayoría optó por marcharse. Además en 1502, después de la sublevación de los musulmanes del antiguo reino de Granada, los Reyes Católicos ordenaron la conversión forzosa de todos ellos, bajo pena de expulsión, y pasaron a ser “moriscos”.

D. Política exterior

Con los Reyes Católicos, la monarquía española se convierte en una gran potencia en Europa. El Mediterráneo y el Atlántico fueron los dos escenarios principales de su política exterior. En el norte de África se conquistaron varias ciudades para defenderse de una posible amenaza de los turcos. En el sur de Italia, las tropas aragonesas afrontaron dos guerras con Francia por el control de esta zona.

E. Descubrimiento de América

Si todo lo expuesto hasta ahora no es suficiente para considerar el reinado de los Reyes Católicos como uno de los más decisivos de la historia de España, en 1492, apoyan el viaje de un marino de incierto origen, Cristóbal Colón, que descubre, bajo bandera de Castilla, un nuevo continente: América.




2. AUSTRIAS MAYORES: CARLOS I Y FELIPE II

2.1. CARLOS I (1516-1556)



A los Reyes Católicos les sucedió en el trono su nieto Carlos, hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso. Carlos había nacido en Gante (Bélgica). Llega a España una nueva dinastía, la casa de Austria o de Habsburgo. Carlos I heredó un imperio inmenso.

  • De sus abuelos maternos, los Reyes Católicos, heredó: Castilla, Aragón y las posesiones en el sur de Italia, varias ciudades norte de África y América.

  • De sus abuelos paternos heredó el ducado de Austria, Borgoña (pequeño reino en el este de Francia), los Países Bajos y los derechos a la corona de emperador alemán.

Tras convertirse en rey de Castilla y Aragón, en 1519 Carlos fue también elegido emperador de Alemania. Este título era más honorífico que real, porque en aquella época cada uno de los numerosísimos reinos en que estaba dividida Alemania actuaba con plena libertad y tenía su propio príncipe o gobernante y el emperador no podía tomar ninguna decisión sin la aprobación de la asamblea de príncipes (Dieta).

Política interior: Carlos I tuvo al menos dos serios problemas:

a) Al principio, fue rechazado en Castilla por ser extranjero (no conocía el castellano) y llegar rodeado de consejeros flamencos (belgas y holandeses). Por eso se produjo la revolución de las Comunidades en el año 1520. Consistió en una sublevación militar de la mayoría de las ciudades castellanas (Toledo, Burgos, Valladolid). Los comuneros intentaron recuperar a Juana como reina, pero finalmente fueron derrotados por las tropas reales.
b) En esta misma época hubo otro levantamiento en la ciudad de Valencia, de los campesinos y artesanos contra los nobles feudales. Esta sublevación, la de las Germanías, también fue aplastada.

Política exterior: Carlos I fue el hombre más poderoso de su tiempo.

Tres fueron los principales problemas que tuvo Carlos I en su política:

a) Las guerras con Francia.
b) La amenaza turca.
c) La expansión del luteranismo. Aunque derrotó a los protestantes en la batalla de Mühlberg (1547), finalmente, en 1555, al término de su reinado, tuvo que firmar con los protestantes la paz de Augsburgo. Por ella, Carlos acepta que cada príncipe alemán elija la religión de su reino.

Finalmente, cansado de guerras y conflictos, Carlos I abdica, en 1556, a favor de su hijo Felipe. Él se retirará al monasterio extremeño de Yuste, donde morirá dos años después.



2.2. FELIPE II (1556-1598)



Felipe II era hijo de Carlos I. Heredó de su padre todos los territorios de la corona española (Castilla, Aragón, plazas del norte de África, Sicilia, sur de Italia y territorios americanos) y los Países Bajos. Pese a todo, el imperio español alcanzó, en tiempos de Felipe II, su máxima extensión.
  • Felipe II decidió designar a Madrid como capital permanente de su inmenso imperio, debido a su buena situación geográfica, en el centro de la Península.
  • Mandó construir en sus cercanías un lugar que sirviera como sede de su gobierno. Por eso se construyó el palacio-monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Política interior. Felipe II luchó de forma contundente por mantener la unidad católica en su Imperio. Los dos problemas más importantes de su política interior fueron:

a). La cuestión morisca. Los moriscos se sublevaron en las Alpujarras, al mando de Aben Humeya. Finalmente, los moriscos granadinos fueron derrotados y se les dispersó por Extremadura, Galicia y Castilla. Las Alpujarras fueron repobladas con población cristiana procedente, sobre todo, de Castilla.
b).- El proceso de Antonio Pérez. Éste era secretario personal de Felipe II. Al ser acusado de asesinato, huyó a Zaragoza y pidió refugio a las instituciones del reino de Aragón. Felipe II respondió entrando con su ejército en el reino y condenando a muerte al Justicia Mayor de Aragón, por proteger a Antonio Pérez. Finalmente, Pérez huyó a Francia y desde allí se dedicó a escribir toda una leyenda negra sobre el rey.

Política exterior. Los dos objetivos de la política exterior de Felipe II fueron: mantener la hegemonía española y favorecer la causa católica frente a la herejía protestante. Cuatro fueron los principales asuntos que hubo de enfrentar su política exterior:
a)   La anexión de Portugal (1580).
b)   La sublevación de los Países Bajos (1568). 
c)   El enfrentamiento con los turcos en el Mediterráneo. Ej. Batalla de Lepanto, 1571.
d)   El fracaso del intento de invasión de Inglaterra (1588). Ej. Desastre de la Armada Invencible.




3. AUSTRIAS MENORES: SIGLO XVII.



Durante el siglo XVII se mantuvo la rivalidad entre España y Francia. España, reducida su población, quebrada su economía, derrotados sus ejércitos y puestos en duda sus ideales, se hunde en una profunda crisis general. El Estado no fue capaz de sufragar todos los gastos provocados por las numerosas guerras, por lo que los reyes dejaron de pagar varias veces sus deudas y se declararon en bancarrota. Esto hundió a banqueros y prestamistas. Además, la crisis afectó a toda la sociedad, porque las malas cosechar en el campo fueron habituales durante todo el siglo. La artesanía y el comercio también sufrieron una seria decadencia, al tiempo que los envíos de oro y plata procedentes de América se redujeron significativamente porque algunas minas habían empezado a agotarse.

El siglo XVII supuso el final de la hegemonía política y militar de España. Por el contrario, Francia se convierte en la nueva dueña de Europa.



3.1. FELIPE III (1598-1621)



Una nota característica del siglo XVII español fue el abandono del Gobierno por los reyes, que delegaron la mayor parte de sus actividades en una persona de su confianza, un valido (primer ministro). Este sistema fue inaugurado por Felipe III.

Felipe III había recibido de su padre una esmerada educación política, pero era un hombre indolente, sin personalidad. Al subir al trono, apartó de la Corte al equipo de gobierno de Felipe II y lo encargó al duque de Lerma.
Lerma, como toda su generación, fue un pacifista. Es una época sin guerras a gran escala.

  • Política interior: El principal acontecimiento fue la expulsión de los moriscos (1609).
  • Política exterior: A partir de 1618 estalla la Guerra de los 30 años, entre católicos y protestantes. España interviene a favor del bando católico.



3.2. FELIPE IV (1621-1665)



El sistema de los validos continuó con Felipe IV. El conde-duque de Olivares fue el elegido. Sus dos grandes objetivos políticos fueron: en el interior, fortalecer el poder de la monarquía; y en el exterior, reforzar la posición de España en Europa. Para ello, intentó sanear la Hacienda y aumentar sus ingresos, pero fracasó por la oposición de la nobleza y de las Cortes a aprobar el establecimiento de nuevos impuestos. Además, trató de acabar con los tradicionales fueros de los distintos reinos hispánicos, chocando con una fuerte oposición que a punto estuvo de hacer saltar en pedazos la unidad de la monarquía española.

1.- Política exterior: la Guerra de los 30 años.  Hasta 1635 continuarán las victorias de los ejércitos españoles, pero, a partir de este momento, la entrada de Francia en la Guerra de los 30 años provocará el inicio de las derrotas.
2.- La grave crisis interna de 1640. Ese año, las formas autoritarias de gobernar del conde-duque de Olivares provocaron varias sublevaciones:
a)    Sublevación de Cataluña.
b)    Separación de Portugal. 
c)    Levantamientos en Andalucía y Aragón. 

En definitiva, la gravísima crisis de 1640 supuso el fracaso de las aspiraciones del conde-duque de fortalecer la monarquía, disminuyendo los fueros propios de cada uno de sus reinos. Además, las paces de Westfalia (1648) y los Pirineos (1659) supusieron el fracaso de la otra aspiración del valido de Felipe IV. España dejó de ser una gran potencia y Francia se convirtió en la nación más fuerte de Europa.



3.3. CARLOS II (1665-1700)



La muerte de Felipe IV dejó a España en una trágica situación. Un rey niño, Carlos II, que además tenía deficiencias físicas y mentales (ha pasado a la historia como “el Hechizado”), y un país cansado, derrotado y desprestigiado internacionales. Durante los primeros años, asumió la regencia su madre. Luego, a partir de su mayoría de edad, el país se vio envuelto en guerras con Luis XIV, que supusieron derrotas y la pérdida de territorios fronterizos con Francia.

El gran asunto de su reinado fue la búsqueda de descendencia real, que al final resultó imposible en ninguno de sus dos matrimonios. Por eso, Carlos II hizo testamento a favor de Fernando José de Baviera, pero al morir eligió a Felipe de Anjou, nieto del rey francés Luis XIV. Otro candidato reclamaba la corona española: Carlos de Austria, descendiente de Felipe III.

Varias potencias europeas no aceptaban la entronización de un rey francés, por lo que Europa acabó en guerra, dividida en 2 bandos: Guerra de Sucesión española (1700-1713). España (menos el reino de Aragón) y Francia apoyaban a Felipe de Anjou, mientras Inglaterra, Holanda, Austria, Portugal y Saboya apoyaban a Carlos de Austria. Terminó con la firma del Tratado de Utrecht, que reconocía a Felipe V como rey de España, aunque a cambio se hubo de entregar Bélgica a Austria; los territorios italianos de Cerdeña, Nápoles y Milán a Austria; Sicilia al duque de Saboya, y Gibraltar y Menorca a Inglaterra. Etc.




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